miércoles, 20 de octubre de 2010

23 años tenia el pibe.

no soy lo que debería








Creia en la politica, en los movimientos populares. 
Tenia la edad de mi hijo. Lo mostraron boqueando en la tele, 
con una bala donde termina el abdomen y 
empieza el pecho. Lo vi.





Duelo por él, un trosko, todos son mis hijos cuando tienen 
ventitres años y creen en que vale la pena pedir para que esto 
cambie de una buena vez



Para el, para el chico muerto, que quedo alli, un chico muerto 
para siempre jamas, una promesa que se quedo trunco una flor, 
es decir un poema de tuñon. Otroharan las cronicas, yo solo 
digo chico de 23 años, Mariano, mi amor para vos.






La luna con gatillo
Es preciso que nos entendamos.
Yo hablo de algo seguro y de algo posible.
Seguro es que todos coman
y vivan dignamente
y es posible saber algún día
muchas cosas que hoy ignoramos.
Entonces, es necesario que esto cambie.


El carpintero ha hecho esta mesa
verdaderamente perfecta
donde se inclina la niña dorada
y el celeste padre rezonga.
Un ebanista, un albañil,
un herrero, un zapatero,
también saben lo suyo.


El minero baja a la mina,
al fondo de la estrella muerta.
El campesino siembra y siega
la estrella ya resucitada.
Todo sería maravilloso
si cada cual viviera dignamente.


Un poema no es una mesa,
ni un pan,
ni un muro,
ni una silla,
ni una bota.


Con una mesa,
con un pan,
con un muro,
con una silla,
con una bota,
no se puede cambiar el mundo.


Con una carabina,
con un libro,
eso es posible.


¿Comprendéis por qué
el poeta y el soldado
pueden ser una misma cosa?


He marchado detrás de los obreros lúcidos
y no me arrepiento.
Ellos saben lo que quieren
y yo quiero lo que ellos quieren:
la libertad, bien entendida.


El poeta es siempre poeta
pero es bueno que al fin comprenda
de una manera alegre y terrible
cuánto mejor sería para todos
que esto cambiara.


Yo los seguí
y ellos me siguieron.
¡Ahí está la cosa!


Cuando haya que lanzar la pólvora
el hombre lanzará la pólvora.
Cuando haya que lanzar el libro
el hombre lanzará el libro.
De la unión de la pólvora y el libro
puede brotar la rosa más pura.


Digo al pequeño cura
y al ateo de rebotica
y al ensayista,
al neutral,
al solemne
y al frívolo,
al notario y a la corista,
al buen enterrador,
al silencioso vecino del tercero,
a mi amiga que toca el acordeón:
-Mirad la mosca aplastada
bajo la campana de vidrio.


No quiero ser la mosca aplastada.
Tampoco tengo nada que ver con el mono.
No quiero ser abeja.
No quiero ser únicamente cigarra.
Tampoco tengo nada que ver con el mono.
Yo soy un hombre o quiero ser un verdadero hombre
y no quiero ser, jamás,
una mosca aplastada bajo la campana de vidrio.


Ni colmena, ni hormiguero,
no comparéis a los hombres
nada más que con los hombres.


Dadle al hombre todo lo que necesite.
Las pesas para pesar,
las medidas para medir,
el pan ganado altivamente,
la flor del aire,
el dolor auténtico,
la alegría sin una mancha.


Tengo derecho al vino,
al aceite, al Museo,
a la Enciclopedia Británica,
a un lugar en el ómnibus,
a un parque abandonado,
a un muelle,
a una azucena,
a salir,
a quedarme,
a bailar sobre la piel
del Último Hombre Antiguo,
con mi esqueleto nuevo,
cubierto con piel nueva
de hombre flamante.


No puedo cruzarme de brazos
e interrogar ahora al vacío.
Me rodean la indignidad
y el desprecio;
me amenazan la cárcel y el hambre.
¡No me dejaré sobornar!


No. No se puede ser libre enteramente
ni estrictamente digno ahora
cuando el chacal está a la puerta
esperando
que nuestra carne caiga, podrida.


Subiré al cielo,
le pondré gatillo a la luna
y desde arriba fusilaré al mundo,
suavemente,
para que esto cambie de una vez.

1 comentario:

  1. Mi querido amigo. Adhiero dolorosamente al duelo.Otro más, y van... pasate por mi blog y verás como la mirada se posa en la cría universal, postura que es necesaria y urgente.¿me pregunto, la bala mata la idea?No lo creo.Y seguirán siendo los jóvenes portadores de banderas que no se arrian, que permanecen y permanecerán levantadas ondeando al viento pidiendo por futuros mejores, contruciones de mejores vidas.
    Vaya mi cariño para vos que como es de esperar, ves a Mariano en cada jóven que te rodea. Yo también tengo muchos Marianos alrededor, y tengo el corazón hecho pedazos.
    Un fuerte abrazo.
    Marcela

    ResponderEliminar